domingo, 6 de abril de 2014

GUACONEJO: UN PASEO POR UN ECOSISTEMA DE ARBOLES MILENARIOS


Por Pedro Taveras (pjtaveras@hotmail.com)

La Reserva Científica de Guaconejo es un área natural protegida por la Ley 64-00, situada en la provincia María Trinidad Sánchez, antes  de ser declarada área protegida en 1996, fue un bosque maderero, por lo que todavía se pueden observar los vestigios de lo que fue un aserradero que operó hace décadas, aunque posee zonas que nunca han sido tocadas por manos humana.
Pasearse por los sitios permitidos  es suficiente para estar viviendo en bosques primarios, donde se observan las especies de árboles de alto valor biológico y comercial de la República Dominicana.
Arboles como Stevensia ebrateata (Guaconejo),  Cerylla  racemiflora  (Sabina sin Olor), Manilkara bidentata (Balatá), son emblemáticos de la zona, observamos ejemplares  de las dos últimas especies, en algunas áreas que nunca han sido intervenidas,  árboles de de 1.80 metros de diámetro de  altura del  pecho y  más de 30 metros de altura, con sus copas podrían cubrir edificios de cinco y seis plantas y hospedar, como residentes, a cientos de especies animal  y vegetal.
“_Con este árbol se construye un edificio”, dijo uno del grupo
“_No, no sirve- responde otro-, porque en este  árbol  viven miles de individuos de diferentes especies”
La conversación se interrumpió por un profundo silencio durante varios segundos, mientras se escuchaban cantos de palomas, chuachuas  y la insistencia del “julián chiví” “julián chiví”.
Guaconejo tiene  mucha importancia hídrica, ya que en la zona nacen aproximadamente unas 53 fuentes de aguas, entre ríos y arroyos, que alimentan a los ríos Nagua y Boba, dos de los más importantes del llano costero norte de la República Dominicana, por su contribución a la producción de arroz y otros rubros agrícolas.
Entre los actores más importantes que intervienen en la reserva se encuentra la Sociedad para el Desarrollo Integral del Nordeste (SODIN), organización sin fines de lucro dedicada al desarrollo comunitario y quienes tienen un comanejo del área, siendo una institución vinculada a Guaconejo  desde su creación.
La reserva cuenta con un plan de manejo de reciente elaboración y  que, como carta expedita de gobernanza de aquel mundo, espera para su ejecución; para que  así más personas puedan visitar las zonas permitidas para la educación y el disfrute de una reserva científica en lo posible.
El decreto que la crea dice: LA LOMA GUACONEJO, mediana elevación de 605 metros sobre el nivel del mar, ubicada entre los ríos Nagua y Boba, los cuales reciben el aporte acuífero de los numerosos manantiales y escorrentías que allí se originan y además contiene uno de los bosques húmedos primarios más importantes del país, donde se acuna una riqueza botánica variada, muy original y nativa, resaltando la Sabina sin Olor (Cerylla racemiflora) uno de los  pocos árboles cuya longevidad puede superar el milenio, así como El Balatá (Manilkara Bidentata), la Cabirma Santa (Guarea Guidonea) entre otras.  Este curioso entorno ecológico llevará el nombre de "Dr. Miguel Canela Lázaro", compañero del Dr. Pérez Rancier en el primer movimiento conservacionista dominicano”. Según cita de su Plan de Manejo actual.

* fotos de Pedro Taveras y Tomàs Montilla

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