domingo, 27 de mayo de 2018

Para atraer 10 millones de turistas a RD


Texto y fotos por Pedro Taveras (pjtaveras@hotmail.com)
Reserva Forestal Loma Novillero, Villa Altagracia
Una de las estrategias del gobierno del Presidente Danilo Medina Sánchez para contribuir al desarrollo de la República Dominicana es lograr que al país lleguen 10 millones de visitantes en el año. Es una cifra que puede aparentar exagerada para una nación pequeña como la nuestra, pero si nos dedicamos a hacerlo (y está en el interés de muchas naciones del primer mundo que seamos una economía de servicio), podemos lograrlo;  en parte, con el respeto a los espacios que jurídicamente están protegidos y que requieren de comportamientos particulares de los  millones de habitantes que circulan en esta geografía con gran potencial de visitación.
Este planteamiento del alto mandatario dominicano al igual que las declaraciones del  presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), señor Joel Santos, quien en una charla sobre turismo sostenible en Samaná aseguró que alrededor  del 30% del Producto Interno Bruto (PIB) del país lo podría aportar el sector turístico en diez años, si se invierte en infraestructuras y se transforma la  oferta turística para ofrecer hoteles y otros destinos de calidad, denotan el interés de diversos sectores de la sociedad de mejorar esta área vital para la economía dominicana.

Un ejemplo de este interés común de impulsar el sector turístico, lo constituye el hecho de que el Instituto de Aviación Civil (IDAC) firmó recientemente un memorándum de entendimiento con la Sociedad Norteamericana de Planes de Vuelos (FltPlan), para que de los alrededor de 40,000 vuelos privados de ejecutivos y excursionistas  que parten hacia América Latina y el Caribe  por año, un porcentaje considerable puedan ser captados y tengan a la República Dominicana como destino.[1]. Lo que manifiesta una estrategia gubernamental para alcanzar  la meta propuesta por el Presidente Medina.
Pero para  lograr estos objetivos se debe  prestar atención al conjunto de infraestructuras de la nación y a las normativas jurídicas que garanticen que República Dominicana pueda recibir y convivir cada mes con más de 800,000 visitantes  promedio  de manera permanente, los cuales podrían aumentar considerablemente en temporada alta, , ya que ese volumen de visitantes no se puede recluir en 550 kilómetros aproximados de playas del litoral costero[2]  ni en dos o tres de  las principales ciudades, sino en múltiples espacios acogedores y monumentales de nuestras áreas naturales protegidas; como ya se viene haciendo  en el Limón (Samaná), Saltadero (Cabrera), Damajagua y la Loma Isabel de Torres (Puerto Plata), Los tres Ojos (Santo Domingo), para solo mencionar  algunos  de los centenares de destinos protegidos, y otros atractivos  con los que cuenta  la media  isla.
Vendedores de Batata Azada en el Corredor Ecológico

También es una necesidad que en nuestra geografía se habiliten espacios físicos adecuados y estrategias educativas y de comunicación para entrenar en todas las provincias  a la población, las autoridades y representantes de sectores vinculados al turismo, para  crear las condiciones que garanticen la estadía y el disfrute de los turistas y viajeros, con lo que lograríamos que  quieran volver a la nación y evitaríamos una  promoción negativa entre sus relacionados; la gastronomía, la producción de alimentos, los ríos, montañas, belleza escénicas, las manifestaciones culturales son  indicadores favorables  a la visitación, mejorar el sistema del transporte haciendo posible que los sindicatos, las compañías de taxis choferes independientes puedan entender que si brindan un buen servicio  tendrán un cliente asegurado y sus ingresos aumentarán
En turismo, en términos generales,  el país viene marchando bien, pero debe incrementar más su nivel por la competitividad de la zona caribeña.
Muchas islas del Caribe  reciben millones de turistas en el año, poner un ejemplo: Cozumel recibió 3,4 millones de visitantes en 2013, siendo una isla de 600 kilómetros cuadrados aproximados; más pequeña  que la provincia La Romana, localizada en el litoral maya; tiene 4 áreas protegidas con más de 19,846 hectáreas y más de 46, 772 hectáreas de sitios Ramsar para cientos de km cuadrados.[3]  
¿Por qué la República Dominicana no podría recibir 10 millones de viajeros en un territorio ochenta veces más grande que la también isla caribeña de Cozumel? ¿Qué hacer con más de 500 kilómetros de playas, con más de 150 áreas protegidas nacionales, municipales, privadas y con centenares de sitios con gran potencial de visitación dentro de nuestros 48 mil kilómetros cuadrados terrestres?
El  Corredor Ecológico Duarte,  por  ejemplo.
Vista del Monumento Natural Diego de Ocampo
La autopista Duarte, que es un Paisaje Protegido en la subcategoría de Corredor Ecológico (Atlas 2011), comprendida entre  Santo Domingo provincia y Navarrete, Santiago, es sólo un ejemplo de la riqueza de espacios, conectividad, belleza y posibilidad de contemplar la biodiversidad de la nación Dominicana.
Esta zona es extraordinariamente hermosa:  saliendo de Santo Domingo podemos observar sistemas montañosos espectaculares como la Sierra de Yamasá y sus Siete Picos, la Reserva Forestal Loma Novillero; el Parque Nacional La Humeadora, a la altura de Villa Altagracia y Piedra Blanca; los encantos del río de Yuboa y su Piedra Letrada; carretera Piedra Blanca- Ocoa, Corredor Ecológico Luis Quin, que une al norte con el sur de la geografía dominicana; la Reserva Científica Las Neblinas y el Monumento Natural Saltos de Jima con la espectacular vista del lago de la Presa de Rincón que posee  instalaciones, de las más importante del Caribe, para la práctica del canotaje, históricamente en espera de un uso más institucional; Carretera Abanico  Constanza y sus miradores,  Miranda y su túnel vegetal, un trayecto  del bosque húmedo dominicano  con una alta pluviometría que aporta millones de metros cúbicos de agua a los  ríos Yuna y Camú e irriga los campos de cultivo de arroz de los valles de las provincias  La Vega y Duarte.
Arrozales en Bonao
A partir de La Vega, en dirección sur-norte, podemos encontrar una zona de vida boscosa de transición de húmedo a seco, donde el nivel de pluviometría o lluvia que cae en el año es inferior al recorrido entre Santo Domingo y La Vega; se entra a una zona bellísima: el Paisaje Protegido Guaiguí,  También encontramos el Santo Cerro, una montaña aislada del sistema de la Cordillera Central. Luego  continuamos hacia la ciudad de Santiago de los 30 Caballeros, donde nos encontramos con la avenida  Circunvalación Norte, con el Jardín Botánico y el Monumento Natural Saltos de La Tinaja, para luego entrar a una zona de vida totalmente diferente a las anteriores: el bosque seco. Desde el mismo Corredor  podemos observar el Monumento Natural Diego de Ocampo, una montaña a la altura de Villa González, siendo la más alta de la Cordillera Septentrional o norteña y uno de los sitios más rico en endemismos de la República Dominicana.[4]
El Corredor Duarte  es una oportunidad, por su característica troncal de unir a las principales provincias del norte de la República Dominicana; además es un espacio a conservar que debe ser orgullo de la nación, y que exige una gran alianza estratégica entre los gobiernos municipales, los Ministerios de Medio Ambiente, Obras Públicas, Turismo, Cultura; y el sector privado, fundamentalmente las grandes, medianas, pequeñas y micro empresas  de la zona, que están arrabalizando la vía colocándose en los laterales, sin importarles que afectan  la belleza escénica y los objetivos de conservación del Corredor Ecológico Duarte; y poniendo en juego la vida de los ciudadanos que transitan la misma,  ya que ocupan parte de la vía.
Proteger el Corredor Ecológico Duarte
Vista del Parque Nacional La Humeadora, Km 61 de la Autopista Duarte
El Corredor Ecológico Duarte es un espacio que debemos proteger, porque constituye una vía de acceso a importantes áreas naturales y  culturales de vital importancia para la vida social, política y económica de la Nación dominicana, y que, si tomamos las medidas pertinentes, podemos convertir en una de las atracciones más importante del país para captar un público no cautivo, si  lo  promovemos como un trayecto ideal para el turismo ecológico o de aventura,
En síntesis, si queremos hacer realidad la visión del Presidente Danilo Medina Sánchez y lograr que al país lleguen 10 millones de visitantes en el año, para contribuir con el desarrollo de la República Dominicana debemos lograr que:
Construcción que viola espacio del Corredor Ecológico
1.-Las Direcciones Provinciales o Departamentos de Medio Ambiente, que están en el trayecto del  Corredor, hagan cumplir la Ley General de Medio Ambiente y la Ley Sectorial de Áreas Protegidas (202-04), para que la vía no se arrabalice con el establecimiento de edificaciones inarmónicas dentro  de los 40 metros establecidos por la Ley 174-09 que declara la vía como Corredor Ecológico.

2.-Las Direcciones Provinciales o Departamentos de Medio Ambiente, que están en el trayecto del  Corredor, hagan cumplir la Ley General de Medio Ambiente, la Ley Sectorial de Áreas Protegidas (202-04), la Ley 174-09,  para que se reglamente la publicidad comercial de modo tal que no vulnere la integridad del paisaje.  
Artesanos en el Corredor Ecológico Duarte
3.- Que los emprendedores (empresarios y micro empresarios) puedan organizarse en espacios adecuados y respeten el derecho a vía, para que el cliente  se pueda detener de manera segura a recibir un servicio determinado, específicamente los vendedores de batatas azadas de Villa Altagracia, los artesanos de alfombras de Piedra Blanca, los fruteros y chicharroneros de Loma Miranda, los ceramistas de Moca, entre otros.
4.- Los Gobiernos locales tienen que establecer  áreas adecuadas, con baños, contenedores de desperdicios, como plazas típicas y armónicas que puedan ser ocupadas por los vendedores que obstaculizan el derecho a vía,  pagando un impuesto justo por el uso de espacios.
Reserva Forestal Loma Novillero, Villa Altagracia
5.- El Ministerio de Medio Ambiente, junto a los gobiernos municipales, asociaciones empresariales y sin fines de lucro, deben hacer y/o actualizar los planes de manejo  y uso público de las áreas protegidas en los casos que sean necesario; las señalizaciones  que orienten sobre la ubicación  de cada una para  visitación; y, en la medida de lo posible, fortalecer las vías de acceso e infraestructuras que permitan la visitación a áreas como Loma Novillero, La Humeadora,  Las Reservas Científicas Las Neblinas, , Presas de Rincón y Hatillo, Loma Miranda, entre otras.
6.-Los Ministerios de Cultura, Medio Ambiente, Obras Públicas y Turismo, junto a organizaciones y gobiernos municipales deben iniciar los estudios y trabajos pertinentes  de los centros de arte rupestre de Yuboa, Hatillo, Miranda y otros, cercano al Corredor, para convertirlos en museos naturales.
 7.- Que el  Ministerio de Medio Ambiente coordine con el Ministerio de Turismo la formación de guías e intérpretes ambientales y personas especializadas en gastronomía, cabalgata, uso de bicicletas, embarcaciones y gestión de micro empresas de servicios, y otras especialidades que puedan crear de acuerdo a la característica de cada área protegida que se encuentra en la cercanía del Corredor.
En fin el gobierno debe diversificar la oferta cultural, de diversión y esparcimiento del país, si desea atraer  a  10 millones de turistas.  Y  para esto es necesario invertir en las opciones turísticas que ya tenemos y en otros santuarios que del país pero que aún no hemos explotado todo su potencial, como  es el caso del Corredor Ecológico  Duarte.



[1] (Hoy Digital, lunes 16 de abril de 2018)
[2] Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2011. Atlas de la Biodiversidad de la República Dominicana.
[3] AGENDAS DE COMPETITIVIDAD de los destinos turísticos de México.2013. Estudio de Competitividad Turística del Destino Cozumel Universidad de Quintana Roo. Secretaria de Turismo México, D.F
[4] Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Atlas de la Biodiversidad de la república Dominicana. 2011.