sábado, 23 de noviembre de 2019

Heroínas anónimas de la Reforestación

Por Pedro Taveras (Fotos y Texto)


En esta semana fuimos a supervisar, junto a otros técnicos, los trabajos de preparación de sitio en la Ciudad Deportiva de Caballona, para realizar una jornada de reforestación con la participación del Tribunal Constitucional y los trabajadores del Plan de Reforestación del Ministerio de Medio Ambiente, cuando a lo lejos y en la medida que caminaba para llegar donde estaban los trabajadores, escuché una voz femenina con mucho ímpetu: “ ¡Ven Antonio, marca aquí. Y tú, Teo, haz los hoyos!” Era Evelyn Pérez, jefa de una brigada compuesta por 11 personas. 

La brigada dirigida por Evelyn ha reforestado en varios parques ecológicos y zonas aledañas a San Cristóbal, principalmente en el Parque Ecológico Las Caobas, donde anteriormente se encontraba un almacén de armamentos, explosivos y otros pertrechos militares, convertido en los últimos once años en área de esparcimiento natural por el Ministerio de Medioambiente. 

En este lugar varias brigadas pasaron años limpiando y recogiendo escombros y toneladas de plásticos, para que la población pudiera disfrutar del actual paisaje y sumidero de carbono de la ciudad de San Cristóbal. 

En el Parque Ecológico Las Caobas se han plantado decenas de miles de árboles, entre ellos roble, caoba criolla, cedro, capá y pino, donde crecen arbustos, hierbas, enredaderas entre otras; además, es refugio de animales de la vida silvestres como batracios, reptiles y aves. 

Evelyn dirige hoy esta brigada, conformada por hombres, la misma en la que comenzó laborando como jornalera años atrás. Esta valerosa mujer asegura que no le pesa el cuerpo, para levantarse a las cinco de la mañana y retornar después de las cuatro a su casa: “Con este trabajo llevo el sustento a mi casa, ya que tengo tres hijos entre 6 y 16 años¨, manifestó y luego enfatizó con firmeza: ¨Yo me levanto temprano a trabajar y si tengo que coger un pico lo hago. No podemos acostarnos a dormir¨. 

Al vivir esta rica experiencia de lo que hacen las mujeres dominicanas, le pedí tomarle una foto para publicarla en nuestro blog “Chinchilina”, y con una actitud voluntariosa aceptó al tiempo que señaló, : “Al Parque Ecológico Las Caobas han ido… (y mencionó medios importantes de comunicación) a fotografiar y grabar”-Ahhh, te han hecho reportajes, preguntamos con asombro; pero la sorprendida fue ella y con la mano derecha en el pecho respondió: “¡¿A mí?…nooo!”. 

Por lo que, a propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el 25 de noviembre, decidimos mostrarle al mundo lo grande que son las mujeres: son heroínas, porque así como Evelyn tenemos cientos de mujeres en las brigadas reforestación, trabajando arduamente por el país y por el mundo…

domingo, 27 de octubre de 2019

“Soy Trabajador del Arte”

Por Pedro Taveras

De izquierda a derecha: Pedro Taveras y Alberto Méndez
Una vez viajaba en una guagua pública desde La Habana a la provincia Matanza, Cuba; fue el 13 o el 14 de diciembre de 1979, y me tocó sentarme al lado de una persona de cuarenta y tantos años, con apariencia de artista.  A pocos minutos de estar sentado junto a un pasajero desconocido para mí, me tomé el atrevimiento de iniciar una conversación con él preguntándole a qué se dedicaba y me contestó: “soy trabajador del arte”.

Pensé en silencio ¿trabajador del arte? e insistí: ¿qué haces específicamente?; y me respondió: “coreógrafo de ballet”, siendo un analfabeta en materia del arte,  disimulé un poco, y para romper el hielo le pregunté  por el caso que en  ese momento era noticia por todo el mundo, el hecho de que  Ludmila Vlasova, creo que la primera bailarina del Ballet Bolshoi de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y Alexander Godunov, protagonizaron un conflicto en plena Guerra Fría entre URSS y EEUU, en un aeropuerto de Nueva York; porque Alexander desertó y ella se negó hacerlo, se mantuvo varios días dentro de un avión de pasajeros exigiendo que la llevaran de regreso a su País.

Le pregunté por ese caso para poder continuar la conversación, porque no sabía ni se nada sobre ballet, pero si sobre la acción del bailarín soviético del que tanto habló la prensa mundial. Él fue cauto y me respondió con generalidades, lo que no me importó mucho porque no sabía con quién hablaba, solo que era un “trabajador del arte” y eso, dentro de la cosmovisión y la semántica de la sociedad dominicana de aquella época y de la que nos toca vivir en la actualidad es “cualquier cosa” dentro del engranaje social del trabajo.

Este artista me hablaba como si fuéramos amigos, no me preguntó nada y no sé si se dio cuenta en ese momento que yo era de Dominicana. En un momento me paré y me moví hacia las primeras líneas de asientos, donde estaban las personas con quien viajaba, y alguien (el cubano que nos acompañaba) me preguntó por él, como si yo lo conociera, le dije no sabía quién era y que cuando me senté a su lado pensé que era un turista ruso. El cubano sonrió y me dijo muy discretamente: “Ese es Alberto Méndez, ¡caballero! ¿Tú no sabes? “, Él se alarmó, sorprendido de que yo no conociera al pasajero de mi asiento.

Me quedé pensativo tratando de simular mi ignorancia y volví al asiento junto al recién conocido; para seguir hablando asuntos sobre Cuba, que eran de mucho interés para mí, que entonces era un muchacho de  campo de una provincia dominicana y que no conocía la capital de su país. Él hablaba de manera pausada, a pesar de mi batería de preguntas imprudentes en algunos casos.  

Antes de llegar a nuestro destino final alguien del grupo, que viajaba con una cámara, me dijo te voy a hacer una foto con él y me la hizo. Saber que era una de las grandes figuras del Ballet Nacional, me motivó a localizar a la fotógrafa, meses después, para pedirle esa foto, y afortunadamente conseguí una copia.  

Esa foto, a blanco y negro, junto a de Alberto Méndez, mi compañero de asiento, un simple pasajero de un autobús público que viaja hacia una provincia…pasajero o toda la fama del mundo montado en un autobús, aun así, se hizo llamar un trabajador del arte, la he guardado por 40 años.  Mi ignorancia sobre ballet me llevó a no hablar de esto y aunque hace tanto tiempo, tal vez no sea tarde y hoy lo cuento, a propósito de la muerte de Alicia Alonso, gloria del Ballet Nacional Cubano.



viernes, 4 de octubre de 2019

Historia y Naturaleza RD: Montecristi

Por Pedro Taveras

Bustos de Máximo Gómez y José Martí
Montecristi o "Monte de Cristo", como lo llamó el Almirante Cristóbal Colón cuando visitó la zona, es un hermoso lugar donde puede conocer y disfrutar parte de la historia del Caribe y una impresionante naturaleza,  debido a su estratégica ubicación y a los ecosistemas que  caracterizan a esta Provincia.


Por esta hermosa localidad  podemos conectarnos con Haití y Cuba, así como con el resto del mundo, por las aguas oceánicas del Atlántico; en el pasado, cien años después de la llegada de Cristóbal Colón a esta tierra, se convirtió en un importante centro comercial del Caribe, donde los europeos, al margen de España, contrabandeaban ganado y cueros, lo que dio motivo al gobernador Osorio (1606) para destruirla como forma de contrarrestar un comercio fuera de su poder; con este despoblamiento, junto al de Puerto Plata, formó la hoy Provincia de Monte Plata,  así intentó  mantener absoluto control del rentable comercio del ganado vacuno y otros comercios.

Casa de Máximo Gómez
No se puede ir Montecristi sin visitar la casa de Máximo Gómez, El Libertador de Cuba, El Napoleón de Las Guerrillas, como intitula el Profesor Juan Bosch uno de sus libros, ya que combatió, sin perder una batalla, a más de 200,000 mil soldados de la España Imperial. Máximo Gómez era dominicano y simboliza la Espada solidaria del internacionalismo revolucionario.

En esta casa, el 25 de marzo de 1895, José Martí y Máximo Gómez firmaron el Manifiesto de Montecristi , que es como el acta de nacimiento de la Independencia de Cuba. Ese mismo día, Martí, fechó en este pueblo una histórica carta a don Federico Henríquez y Carvajal, en la que dice que reconoce como sus hermanos a todos aquellos que aman su patria, haciendo reverencia a todos los dominicanos que contribuyeron con la causa de Cuba, que en este caso incluía desde el presidente Lilis, pasando por grandes intelectuales hasta llegar  al más humilde ciudadano, como Marcos del Rosario.

El Reloj de Montecristi
El Reloj de Montecristi es una obra monumental, instalado en 1895,  época en que  Martí visitó a este pueblo en su último viaje a Dominicana, en su interés de hacer lo que él llamó La Guerra Necesaria por la independencia de su Patria.

Como mencionamos anteriormente, Montecristi posee grandes ecosistemas naturales protegidos nacionales de incalculables valor biológico y económico. Cerca, en el mismo municipio está El Morro, Parque Nacional, con una vegetación particular compuesta de arbustos de diferentes especies, con mínimo crecimiento por las condiciones de climáticas y de suelo, además de la vegetación de mangles (PN Estero Balsa) y un sistema arrecifal en sus costas (PN Submarino), que nada tiene que envidiar a otras zonas hermosas del Caribe.
El Morro, Parque Nacional

 Montecristi nos da una perspectiva de un mundo poco conocido; le invito a pasearse por sus amplias avenidas, por sus calles adornadas con  casas con diseños que nos hablan de su activismo económico y político, y que nos rememoran en sentido del Hombre y el espacio, los escritos de Martí en su revista La Edad de Oro: “La Historia del Hombre contada por sus casas” dirigido a los niños.

En cada diseño, en cada piedra colocada en sus muros, en cada madero, en cada casa que sobrevive al tiempo y a la indiferencia, guarda un tesoro histórico ambiental de incalculable valor  para el Caribe insular.

Alguien nos dijo, al pasar por la Montecristi, procedente de la frontera: tenemos que venir a pasar dos días solo en esta provincia; para recorrer sus calles, fotografiar todas esas casas y esperar  la madrugada para salir caminando hacia el malecón, como lo hicieron José Martí y Máximo Gómez junto a sus  compañeros, ya que es una historia digna de recordar, como también lo hicieron miles de jóvenes al terminar el concierto de Silvio Rodríguez hace 24 años: marcharon hacia la playa a esperar la luz del día y en su imaginación vieron salir a los insignes expedicionarios en remos para alcanzar  goleta, recoger a la espada dominicana y a los ojos luminosos de José Martí. Solo me quedó decirle a quien me habló: avísame, que seré el primero en regresar.

Venid a ver a Montecristi!!!


miércoles, 28 de agosto de 2019

Historia y Naturaleza RD: Santo Domingo-La Isabela

Por Pedro Taveras

Viajar por el territorio nacional constituye una experiencia inolvidable, sin importar a cuál provincia se dirija, ya que cada porción del territorio dominicano, sea distrito municipal o municipio, posee diversos atractivos en su composición biofísica y cultural, muchas veces de desconocidos o poco valorados por los propios habitantes de la zona y  por el resto del país ni decir.

Aunque aún contamos con  monumentos  impresionantes, una parte importante de ellos han sido destruidos por personas que ignoran el valor de los recursos naturales y patrimoniales. tenemos 500 años destruyendo el país, nos decía un campesino por la provincia Valverde, haciendo referencia a los recursos naturales, y no podemos lograrlo, para agregar: “yo mismo crecí deforestando para criar vacas y ahora hasta en la cocina quisiera sembrar árboles”.
 
También existe otra parte de la población  que se ha dado cuenta que tenemos que cambiar, que debemos construir y  hacer cosas nobles  que contribuyan a la preservación de nuestros recursos naturales y del medioambiente y de nuestra propia historia, para asegurar un futuro promisorio a las nuevas generaciones.

 Es nuestro propósito ver lo positivo dentro de lo negativo, ver lo positivo per se, con el propósito de mejorarlo para bien del país y de toda la humanidad.

Visitar, conocer la historia de nuestros recursos naturales y patrimoniales, para orientar a las nuevas generaciones es un paso hacia delante para contribuir con su conservación.

Santo Domingo-La Isabela


El viernes 16 de agosto de 2019 iniciamos  el recorrido visitando el Monumento Natural La  Ceiba (dec. 571-09) que se encuentra en el municipio de Licey al Medio, a menos de 8 kilómetros de la ciudad de Santiago.  Este árbol tiene   alrededor de mil años de vida, es el más grande de la República Dominicana y sirve de testimonio viviente de lo que fue la población de árboles de la isla La Hispaniola. Dixon Porte, un enviado del gobierno de EEUU para conocer de la reciente República Dominicana, en su diario secreto (1846), describe la existencia, entre Moca y Santiago, de grandes árboles de ceiba. Visitar este árbol es como tener un encuentro con la vida misma.

El tamaño es tal que entre los aletones que forman sus raíces que puede refugiarse una familia   promedio dominicana de padres e hijos; y si agregamos a los nietos, abriendo todos sus brazos, no podría abarcar sus alrededores. Hemos desafiado a varios grupos con los que la hemos visitado a dicho árbol a que lo abracen entre todos y no han podido lograrlo. Lleve su familia o amigos a ver La Ceiba y  haga con ellos la prueba de abrazar este monumental árbol; esta experiencia le permitirá también apreciar los árboles que están en su patio o en su finca porque de ellos depende la vida. 

Luego visitamos el Monumento a las Hermanas Mirabal (las heroínas Patria, Minerva y María Teresa), erigido en el lugar donde las manos criminales de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo las lanzaron al abismo en el vehículo, junto a su conductor, para simular un accidente, el 25 de noviembre del año 1960, cuando regresaban de visitar a sus esposos Manolo Tavárez, Pedro González y Leandro Guzmán, presos políticos de la dictadura trujillista.


Este hecho criminal conmovió a la nación dominicana y al mundo, creando condiciones para el derrumbamiento de 30 años de dictadura sangrienta, fecha que se ha tomado como referencia para conmemorar El Día Internacional de la Eliminación de la  Violencia contra la Mujer. Visite con su familia este lugar localizado por la antigua carretera de Tamboril La Cumbre, yéndose por la carretera turística de Puerto Plata, que al mismo tiempo es un área protegida en su condición de Vía Panorámica. Comparta con su familia lo que fue un acontecimiento que no debemos volver a repetir. Allí  pueden compartir con personas que vivieron y recuerdan ese acontecimiento que marcó un hito en la historia de la República Dominicana.
Continuamos rumbo al Refugio de Vida Silvestre Bahía de Luperón, la cual tiene una belleza extraordinaria por sus tonalidades de azules y verdes producto de su diversa vegetación, de las aguas del mar y del cielo, así como por la presencia de aves marinas en épocas invernales procedentes de diferentes partes de países del norte y del Caribe. La bahía es una Ciudad Marina, además de refugio de vida silvestre, es refugio de veleros y personas amantes del mar; cientos de personas viven en esas pequeñas embarcaciones, formando mundos particulares dignos de estudios sicosociales.

Luperón es encantador por el aire de tranquilidad y seguridad que se vive y por el disfrute de la gastronomía de productos del mar.

Como parte de su interesante historia podemos señalar que por  la bahía de Luperón entró el hidroavión que transportó a los expedicionarios del 19 de junio del 1949, procedente de uno de los lagos de Guatemala. Estos jóvenes de diferentes nacionalidades, llenos de heroísmo vinieron a combatir de manera desigual a la dictadura de Trujillo.

Al visitar la bahía debes ir al lugar por donde entraron los expedicionarios, a las 7:00 pm aproximadas, desde el avión que encalló en los arrecifes, partieron a la Playita para luego  seguir hasta el poblado. Ya en el pueblo, esa  misma noche fueron enfrentados  por el ejército y el hidroavión destruido por las fuerzas de la marina de guerra que se percató de la llegada de la nave.

Recorrer el sendero, por donde dice la gente que caminaron los héroes, hasta el Monumento a los expedicionarios del 19 de junio de 1949, es un paseo corto lleno de interrogantes para nuestra historia reciente y, al mismo tiempo, observar cómo las especies de árboles se desarrollan en pura roca como muestra de que la persistencia hace posible la vida.

Desde este monumento que hace alegoría al hidroavión y registra los nombres de los expedicionarios y las nacionalidades de los héroes, se llega a La Playita, contigua, donde también se puede disfrutar de un agradable baño en las aguas   de la Bahía de Luperón.

A pocos kilómetros al oeste de la Bahía de Luperón se toma la carretera que nos lleva al Parque Nacional La Hispaniola y Parque Arqueológico la Isabela, también llamado Solar de Las Américas, donde estuvo la Primera Villa del Nuevo Mundo construida por los conquistadores españoles, posee un museo  que recrea la historia de la llegada de Cristóbal Colón y los demás Conquistadores a nuestras tierras.  En el momento de la visita (17.8.19) el Museo se encontraba en reparación.
La única casa del Almirante  Cristóbal  Colón en América.
También  tuvimos la oportunidad de ir a la casa del Almirante de la Mar Océana, Cristóbal Colón, de cuyos muros se conservan vestigios.  Se pueden apreciar los muros de la misma protegidos por este gazebo
El Cementerio de lo que fue La Isabela. 

No dejes de ir a conocer cosas interesantes como  fue el primer asentamiento de los conquistadores en el continente Amerindio, en las proximidades de la desembocadura del río Bajabonico, uno de los 4 ríos más importantes desde Montecristi a Samaná.  
También aquí se disfruta de las bellas playas, gastronomía marina y un poco de arqueología e historia.

 (Fotos Pedro Taveras y Alexandra Maldonado)

domingo, 5 de mayo de 2019

A propósito del Día del Árbol en República Dominicana


Por Pedro Taveras
Fotos y Texto (pjtaveras@hotmail.com)


Cada país tiene fechas particulares para recordar diversos acontecimientos.  Hoy 5 de mayo, en República Dominicana se celebra el Día de Árbol, el que recibimos en medio de muchas realidades y decires.


Hoy pudiéramos hablar del árbol escribiendo sobre sus bondades, como debe manejarse la relación árboles y sociedad; en la ciudad, en las montañas, como  guardianes de suelos y aguas, o como productores de maderas.

Prefiero este poema de la poeta uruguaya  Juana de Ibarbourou, publicado en la Revista Claridad en 1923 en Santo Domingo, hace casi 100 años.






LOS ÁRBOLES DE JUANA DE IBARBOUROU

Ese transformar de los árboles

en muebles, ¿No es un suplicio
monstruoso? El árbol, hecho leña,las estrellitas de las chipas. Saciará su afán de ascensión y de cielo subiendo hecho humo, hecho nube, él, que siempre estiraba la verde cabeza de su capa a las nubes. Pero, convertido en mueble, no es más que una
momia, la forma más horrible

de perdurar. Recorro 
las habitaciones
de mi casa y pienso.
- ¿Cuántos árboles habrán talado
para que yo tenga todo esto? ¿Qué
selvas enormes se han abatido para
amueblar todas las casas del mundo?
Me lleno de tristeza pensando
en el duelo del rocío, de los pájaros
y del viento. Y me lleno de angustia


imaginando el dolor de los gajos
heridos, de los troncos mutilados,
de todas las selvas de la tierra caídas
bajo las hachas brillantes de los
leñadores. Esta madera, ahora inmóvil
y muda, ¡como habrá susurrado
y florecido en un tiempo!