viernes, 4 de octubre de 2019

Historia y Naturaleza RD: Montecristi

Por Pedro Taveras

Bustos de Máximo Gómez y José Martí
Montecristi o "Monte de Cristo", como lo llamó el Almirante Cristóbal Colón cuando visitó la zona, es un hermoso lugar donde puede conocer y disfrutar parte de la historia del Caribe y una impresionante naturaleza,  debido a su estratégica ubicación y a los ecosistemas que  caracterizan a esta Provincia.


Por esta hermosa localidad  podemos conectarnos con Haití y Cuba, así como con el resto del mundo, por las aguas oceánicas del Atlántico; en el pasado, cien años después de la llegada de Cristóbal Colón a esta tierra, se convirtió en un importante centro comercial del Caribe, donde los europeos, al margen de España, contrabandeaban ganado y cueros, lo que dio motivo al gobernador Osorio (1606) para destruirla como forma de contrarrestar un comercio fuera de su poder; con este despoblamiento, junto al de Puerto Plata, formó la hoy Provincia de Monte Plata,  así intentó  mantener absoluto control del rentable comercio del ganado vacuno y otros comercios.

Casa de Máximo Gómez
No se puede ir Montecristi sin visitar la casa de Máximo Gómez, El Libertador de Cuba, El Napoleón de Las Guerrillas, como intitula el Profesor Juan Bosch uno de sus libros, ya que combatió, sin perder una batalla, a más de 200,000 mil soldados de la España Imperial. Máximo Gómez era dominicano y simboliza la Espada solidaria del internacionalismo revolucionario.

En esta casa, el 25 de marzo de 1895, José Martí y Máximo Gómez firmaron el Manifiesto de Montecristi , que es como el acta de nacimiento de la Independencia de Cuba. Ese mismo día, Martí, fechó en este pueblo una histórica carta a don Federico Henríquez y Carvajal, en la que dice que reconoce como sus hermanos a todos aquellos que aman su patria, haciendo reverencia a todos los dominicanos que contribuyeron con la causa de Cuba, que en este caso incluía desde el presidente Lilis, pasando por grandes intelectuales hasta llegar  al más humilde ciudadano, como Marcos del Rosario.

El Reloj de Montecristi
El Reloj de Montecristi es una obra monumental, instalado en 1895,  época en que  Martí visitó a este pueblo en su último viaje a Dominicana, en su interés de hacer lo que él llamó La Guerra Necesaria por la independencia de su Patria.

Como mencionamos anteriormente, Montecristi posee grandes ecosistemas naturales protegidos nacionales de incalculables valor biológico y económico. Cerca, en el mismo municipio está El Morro, Parque Nacional, con una vegetación particular compuesta de arbustos de diferentes especies, con mínimo crecimiento por las condiciones de climáticas y de suelo, además de la vegetación de mangles (PN Estero Balsa) y un sistema arrecifal en sus costas (PN Submarino), que nada tiene que envidiar a otras zonas hermosas del Caribe.
El Morro, Parque Nacional

 Montecristi nos da una perspectiva de un mundo poco conocido; le invito a pasearse por sus amplias avenidas, por sus calles adornadas con  casas con diseños que nos hablan de su activismo económico y político, y que nos rememoran en sentido del Hombre y el espacio, los escritos de Martí en su revista La Edad de Oro: “La Historia del Hombre contada por sus casas” dirigido a los niños.

En cada diseño, en cada piedra colocada en sus muros, en cada madero, en cada casa que sobrevive al tiempo y a la indiferencia, guarda un tesoro histórico ambiental de incalculable valor  para el Caribe insular.

Alguien nos dijo, al pasar por la Montecristi, procedente de la frontera: tenemos que venir a pasar dos días solo en esta provincia; para recorrer sus calles, fotografiar todas esas casas y esperar  la madrugada para salir caminando hacia el malecón, como lo hicieron José Martí y Máximo Gómez junto a sus  compañeros, ya que es una historia digna de recordar, como también lo hicieron miles de jóvenes al terminar el concierto de Silvio Rodríguez hace 24 años: marcharon hacia la playa a esperar la luz del día y en su imaginación vieron salir a los insignes expedicionarios en remos para alcanzar  goleta, recoger a la espada dominicana y a los ojos luminosos de José Martí. Solo me quedó decirle a quien me habló: avísame, que seré el primero en regresar.

Venid a ver a Montecristi!!!


5 comentarios:

  1. Muy interesante esta breve reseña histórica. Quisiera equivocarme pero temo que pocos residentes de esta cuidad incluyendo estudiantes, conozcan estos detalles

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  2. Excelente, amigo Pedro, hermosa narrativa. Adelante, abrazos.

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  3. La verdad es una de las provincias que mas disfruto y nunca me canso de ir, porque sieto tanta paz espitual en ella, leer esta narrativa me produce paz, gracias pedro

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  4. Yo quiero una casita en Montecristi

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  5. Me encantó Pedro. No dejes esta tarea maravillosa de contarnos el pais.

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