Antropólogo
Social
La medicina tradicional, estudiada
también por la antropología médica, nos indica que somos parte de una
naturaleza común. Lo que cree una persona sobre un "mal", una
afectación, tiene relación con su ideología religiosa, política o cultural. Por
eso hay países que han incorporado los saberes colectivos, tradicionales, los
recursos naturales como las plantas, animales, minerales, suelos, entre otros, ideas
y creencias, de que lo “semejante produce lo semejante”[1] e incorporan dichos
conocimientos a sus sistemas nacionales de salud.
Hasta
la fecha no contamos con un tratamiento mundialmente certificado para prevenir
o tratar el COVID-19. Es de conocimiento
de todos de que este mal se ha
convertido en pandemia, afectando a la mayoría de los países del mundo. Se ha recurrido,
en el mejor de los casos, a la epidemiología,
que es la vinculación de la medicina y aspectos socioeconómicos de las
poblaciones condicionadas a la Ideología, cultura y política de occidente.
La vinculación a la medicina de los aspectos sociales
y culturales como tomar medidas de distanciamiento, lavado de manos, limpieza
de lugares donde nos encontramos; alimentos y bebidas que mantenga en alto el
sistema inmunológico, temperatura
corporal y ambiental como mitigación del mal, además de todas las sugerencias que nos puedan dar las “ciencias duras” que
ayudan a la medicina, es la manera prudente de enfrentar este mal, que pasará
dentro de unas semanas, pero que quedará, como molécula, entre nosotros,
afectando más o menos, de acuerdo a las condiciones ambientales, culturales y a
la épocas del año dadas en cada país.
La semana pasada (el 22 de marzo) estuve viendo
en el canal chino en español (CGTN) la rueda de prensa que ofreció la dirección del Estado Chino para explicar
cómo enfrentaron la situación de COVID-19 en su país, específicamente en la
ciudad de Wuhan, por dónde primero comenzó a afectar este mal a el mundo. El
Equipo de Expertos médicos que dirigió ese proceso ofreció informaciones
generales interesantes sobre los trabajos que realizan para enfrentar la
pandemia.
En esta rueda de prensa se tocaron diversos
tópicos que incluyeron la prevención, la atención, la alimentación y,
curiosamente, el uso de la medicina tradicional como aliada de la medicina
científica para tratar a los enfermos del COVID-19, por lo que en estas líneas queremos referirnos especialmente
a este último aspecto, como un recurso que pueden utilizar los especialistas
dominicanos para tratar la pandemia en nuestro país a mediano y largo plazo.
La rueda de prensa, fue encabezada
por los máximos representantes del
equipo de expertos que dirigen la lucha
contra este virus , entre los que se encontraban el profesor Du Bin, Director de la Unidad Médica de
Cuidado Intensivo; por el profesor de Cardiología y Medicina Interna, y por el
profesor Wu Dong, del Departamento de Gastroenterología del Hospital Colegio
Médico de la Unión de Beijing, quienes hablaron frente a decenas de
periodistas de diferentes países del mundo, dedicando bastante tiempo al tema
de la medicina tradicional china y el papel de esta en dicha lucha.
El Equipo de Expertos del Hospital
Colegio Médico de la Unión de Beijing, un centro de alto nivel científico en el
planeta tierra, dedicó (en su primera rueda de prensa la semana pasada) 5
minutos aproximados, a responder a la pregunta de un periodista de la agencia
CGTN sobre los aportes de la medicina tradicional a la solución de la crisis
médica en Wuhan. Dichos expertos respondieron, como expresión del Estado chino,
ya que todos sabemos lo que significa la medicina tradicional china. Al Final de la rueda de prensa, en la despedida
y resumiendo las intervenciones, el doctor profesor Wu
Dong, del Departamento de Gastroenterología de dicho hospital, retomó el tema de
la medicina tradicional indicando los aportes
para tratar los problemas gastrointestinales y alimenticios de los
pacientes.
¿Qué Ministerio de Salud o
Universidad de países de occidentes van a
hablar de los aportes de la medicina tradicional a sus sistemas de salud?
Ese es un ejemplo importante que nos
da un país de las ciencias duras o puras,
que nadie puede poner en dudas, como es China, qué mejor modelo a seguir,
pese a las grandes diferencias entre nosotros y los asiáticos, es una práctica
que debemos conocer y aplicar por los
resultados positivos obtenido en materia de salud.
Es importante señalar, como ya lo he
dicho anteriormente en varias oportunidades, que el papel que juega la
Antropología Médica en estos asuntos de salud es de suma importancia, ya que
nos permite incorporar la riqueza cultural de los pueblos y de los grupos
humanos como respuesta a los males. De hecho, de manera individual y por grupos, se viene poniendo en práctica saberes
tradicionales que han sido fundamentales en el bienestar de los propios grupos
y la humanidad; no voy a dar detalles y menciones de las cosas que se hace para
curar y aliviar dolores y achaques, aunque si retomaremos estos detalles e
invitamos a todos los conocedores de nuestra riqueza naturales que lo hagan por
la vía que sea, porque si de algo debemos estar conscientes, es llamar la
atención para que cada día, en vez de establecer abismos entre los
“conocimientos” tradicionales y los científicos u occidentales, haya un manejo
integral de los saberes y sapiencias.
Hay que hacer sincretismo como dice la
antropología social y cultural, cuando se trata de crear (descubrir) dichos
saberes a partir de las experiencias de las culturas y subculturas de los
pueblos y grupos, porque la verdad está en todos; en nuestra farmacopea y etnobotánica,
en nuestra antropología médica. Lástima que en República Dominicana no se ha
dado esa alianza como ha pasado en otros países, como en China, pero no es el
momento para esta discusión.
El momento es responder a los mandatos que
tenemos ante una guerra sin cuartel. Mañana, cuando todo haya pasado, debemos
insistir en esa pluralidad cultural, prestando atención a los conocimientos
tradicionales, más allá de lo folclórico y del tratamiento académico de unos
cuantos. Es el Sistema Nacional de Salud que debe ocuparse de llamar a los
especialistas[2]
y sabios que tenemos; dar luz como organismo con autoridad en la materia, jamás
pensar en aparecidos como solución
coyuntural (sin menospreciar los aportes que hacen algunos), ya que las
soluciones son imposibles sin la rigurosidad y seriedad que ameritan.
Es hora de abrir un capítulo en la
historia de la medicina para incorporar los saberes tradicionales en materia de
salud en la sociedad dominicana, ya que este país tiene conocedores en la materia
que no podemos dejar que se vayan al mundo de los finados sin utilizar sus
conocimientos.
Estos saberes tradicionales,
reconocidos o no por los Estados, están desde Argentina hasta China, cruzando por Irán, Francia hacia
Estados Unidos, y están dando respuestas positivas, junto a la medicina
occidental, a las afectaciones de millones de personas que han dado positivo al
COVID-19.
[1]Para
el lector interesado en profundizar sobre ciencia, magia y religión, existen decenas de estudiosos de la
materia con metodología y enfoque antropológico, encabezando la lista Frazer (1854-1941),
quien tiene una obra amplia en la materia, cuyas síntesis se pueden obtener de
otros autores más recientes y modernos; sobre todo, para aquellos que no soportan la abultada
literatura que producen los antropólogos sociales y culturales con sus
etnografías.
[2] República Dominicana tiene decenas de centros de
sanación y de terapia holística con resultados aceptables en cuanto a la salud
de los que acuden a ellos. Además, la medicina tradicional ha contribuido con
el alivio y solución a múltiples problemas de salud de la población durante siglos.
Excelente publicación y llamado a la reflexión sobre la pandemia.
ResponderEliminarBuenos días Pedro, yo recuerdo cuando era un niño, en mi campo de Capotillo, que mi mamá tenía una Farmacia en el patio de nuestra casa,para.cada dolencia tenía plantas que hacía un Té y nítido, lamentablemente ella murió ybse llevó con ella todos esos conocimientos.
ResponderEliminarMis Saludos.