Por Pedro Taveras
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La reforestación es un proceso largo, ya que tarda años ver surgir un bosque. Inicia con la recolección de semillas que se producen en árboles plantados o elegidos en el monte para esos fines; luego, dichas semillas, se llevan a un centro de producción (vivero), muchas veces previo a un tratamiento (Banco de Semillas), y cuando se producen las plántulas o arbolitos se trasladan al campo para ser plantados por las brigadas de reforestación, por personas individuales a quienes se les donan plantas, o por grupos de voluntarios que de manera masiva participan en Octubre en las actividades del Mes de la Reforestación, coordinados por al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Nos referimos a este proceso debido a que es común escuchar las críticas al programa de reforestación que se viene realizando en República Dominicana, ya que muchas personas piensan que las jornadas que se realizan en Octubre u otras que puedan darse durante el año, que es lo que definen muchos como reforestación: “son pantallas, que se realizan para posar en fotografías”, “son grupos que van al figureo” y otras aseveraciones que nos motivan a explicar el proceso, sin negar que algunas personas e instituciones acudan a las jornadas para obtener cobertura de la prensa y redes sociales; pero la mayoría participan de dichas jornadas porque sienten compromiso con la sostenibilidad de los recursos naturales y la preservación del medioambiente.
Cabe subrayar que el “figureo” es parte importante del Mes de la Reforestación porque expresa lo lúdico de un día de esos voluntarios junto a los recursos naturales, quienes regresan a sus casas cansados y sudados (salud), con la experiencia de haber plantado arbolitos o haber visto a sus compañeros o compañeras cómo lo plantan (conocimiento y productividad), los cuales al crecer darán servicios ambientales vitales. En general, en las jornadas de reforestación hechas con voluntarios son plantados cientos de miles de arbolitos en las cuencas altas de los principales ríos.
En el octubre, Mes de la Reforestación, días antes de iniciar las jornadas, las brigadas preparan los terrenos para plantar los arbolitos por parte de un voluntariado de diversas instituciones que van al campo aprovechando las lluvias y humedad de esta época.
Foto Pedro Taveras |
Hay que reconocer que días antes de cada jornada la brigada compuesta por hombres y mujeres, encabezada por un técnico, prepara el sitio donde se va a realizar la misma, haciendo chapeo en franjas, como se observa en la foto, y en estas se hacen los desyerbos circulares (coronas) de unos 50 centímetros aproximados de diámetros, entre 2.5 a 3 metros de distancia uno del otro, donde se hacen hoyos para introducir los arbolitos y dejarlos plantados por los voluntarios o por las propias brigadas que reforestan durante el año y que ayudan ese día.
El mismo día o al siguiente de la jornada la realizada la actividad la brigada de la zona de la zona se dedica a reparar los errores que cometen los voluntarios, como son hoyos vacíos, enderezar arbolitos mientras se aprieta el suelo y en muchas ocasiones, cuando hay sequía y se dispone de agua cercana, mojarlos. A esto se le agrega el mantenimiento y la protección permanente contra animales e incendios.
Esa manera de hacer la reforestación, con bajas y altas, es la que ha dejado evidencia de que vale la pena llevarla a cabo y que el país no debe bajar la guardia en esa lucha por mantener la cobertura boscosa aceptable y no caer en la situación de deforestación que vive el vecino país de Haití.
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